El campeón mundial no podrá participar del Abierto de Australia, ni ingresar al país los próximos 3 años.
El tenista serbio Novak Djokovic perdió este domingo en un tribunal australiano el recurso contra la decisión del Gobierno de revocar por segunda vez su visado por lo que fue deportado y no podrá defender su título en el Abierto de Australia.
El tenista serbio abandonó el país en un vuelo con destino a Dubái, informan medios locales. El vuelo, operado por las aerolínea Emirates, partió desde el aeropuerto de Tullamarine de Melbourne alrededor de las 22.50 hora local (11.50 GMT).
La decisión fue tomada de manera unánime por los tres jueces del Tribunal Federal, que abordaron este domingo en una vista virtual el recurso presentado por la defensa de Djokovic, quien fue recluido el sábado en un hotel de Melbourne.
Tras el anuncio, el tenista serbio dijo estar “profundamente decepcionado” por la cancelación de su visado en Australia.
La decisión supone que el visado del tenista serbio de 34 años ha quedado cancelado y tuvo que ser deportado por lo que no podrá jugar el Abierto de Australia que comienza este lunes.
Según la ley, Djokovic se enfrenta además a una prohibición de regresar al país durante tres años, excepto en ciertas excepciones, que pueden incluir “circunstancias imperiosas que afectan los intereses de Australia”.
El juicio se instaló temprano.
El Tribunal Federal de Australia comenzó este domingo a analizar un recurso presentado por los abogados del tenista serbio Novak Djokovic contra la decisión del Gobierno de cancelar por segunda vez su visado y deportarle.
El ministro de Inmigración de Australia, Alex Hawke, argumenta que la presencia de Djokovic, detenido desde el sábado en un hotel para inmigrantes en Melbourne y que afronta la posibilidad de que se le prohíba la entrada al país por tres años, puede azuzar el «sentimiento antivacunas» y derivar en la perturbación del orden público.
Por su lado, la defensa del tenista serbio de 34 años, quien no se ha vacunado contra COVID-19 y se opone a la inmunización obligatoria, afirma que los argumentos del ministro son irracionales y dañarán a «un hombre de gran reputación» que tiene una buena razón médica para no ser vacunado.
El caso Djokovic llega a su fin. O, al menos, así debería ser. Todo está preparado para que el Tribunal Federal de Melbourne cierre un culebrón donde se ha mezclado la política con el deporte, los movimientos antivacunas con los refugiados, los giros de un Gobierno confundido y el singular poder personal de un ministro con la terquedad de una estrella mundial que ha acabado siendo víctima de su escepticismo.
Este domingo, tres jueces tienen que decidir si Novak Djokovic es deportado o se le devuelve la visa para que pueda pelear por ganar por décima vez el Open de Australia. Aunque, como han apuntado los expertos en derecho público australiano, hay una tercera opción: que el tribunal no tome ninguna decisión al acabar el día. Entonces, el tenista serbio podría seguir detenido en un centro de inmigrantes cuando empiece el torneo. O también se le puede conceder lo que llaman una «visa puente» para quedar libre mientras la corte resuelve el fallo.
Estas dos variantes son las menos probables. Pero en una semana en la que el caso ha ido dando tumbos de un lado a otro, todo es posible. La audiencia ha comenzado temprano en Melbourne. Con los jueces James Allsop, Anthony Besanko y David O’Callaghan escuchando los alegatos los abogados del tenista que apelaron la decisión del ministro de Inmigración, Alex Hawke, de cancelar por segunda vez la visa de Djokovic.
El serbio, que fue trasladado esta mañana por agentes de la Fuerza Fronteriza australiana a la oficina de sus abogados para seguir la audiencia, pasó la noche del sábado durmiendo en el Park Hotel, reconvertido el año pasado en un centro de detención de inmigrantes, en compañía de una treintena de refugiados que llevan años encerrados en el circuito de detenciones bajo la dura Ley de Migración australiana.
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«Libertad para Novak Djokovic»
El sábado, cuando el tenista llegó al Park Hotel, se encontró en la puerta con una pequeña concentración de activistas que reclamaban la libertad para los refugiados . A pocos kilómetros de allí, a las afueras del Parque de Melbourne, el complejo deportivo donde se disputó el Open de Australia, alrededor de 200 personas se manifestaron contra el mandato de las vacunas coreando «Libertad para Novak Djokovic». La estrella se ha convertido en el abanderado de la causa antivacunas que estaban esperando los grupos extremistas que llevan desde finales del año pasado manifestándose por toda Australia.
Tras esas protestas, en las que había muchas pancartas dedicadas al tenista, más australianos entendieron las palabras del ministro Hawke para explicar sus motivos por los que había decidido nuevamente cancelar la visa del serbio. «Está aumento el sentimiento contra la vacunación en la comunidad australiana, lo que lleva a que otros se nieguen a vacunarse para recibir una vacuna de refuerzo», dijo en un escrito. «Su comportamiento (el de Djokovic) podría conducir a un aumento de los disturbios civiles «, agregó.
Unos argumentos que, para Nick Wood, abogado principal de Djokovic, son «claramente erróneos». Como expuso al comienzo de la audiencia del domingo: «Ni una sola línea de evidencia en el material presentado ante el ministro proporcionó algún fundamento para la proposición de que la mera presencia del señor Djokovic en Australia vaya a fomentar el sentimiento contra la vacunación'».
Wood trató de dar la vuelta a los argumentos del ministro, subrayando que los movimientos antivacunas sí que crecerían si finalmente Djokovic es deportado del país. También expuso que no había evidencia de que la presencia de Djokovic en otros torneos hubiera aumentado el sentimiento antivacunas.
«El Sr. Djokovic es una figura pública muy conocida que compite en torneos con los medios de comunicación en todo momento. Si hay alguna base para pensar que un torneo de tenis podría conducir a un sentimiento antivacunas, uno espera que esté respaldado por la evidencia sobre protestas o mítines antivacunas o similares en eventos de tenis, campos o alrededores», sostuvo el abogado, apuntando a que «la única evidencia» que conecta al serbio con las protestas antivacunas es un artículo de la BBC que recoge unas declaraciones del serbio en abril de 2020 en las que afirma estar en contra de la vacunación.
Wood insistió en que su cliente no representa ninguna amenaza para la salud dada su reciente infección por Covid (16 diciembre).
«El ministro no buscó ni leyó el material médico real que Djokovic había proporcionado. Tampoco buscó nuevas aclaraciones de Djokovic sobre sus actitudes actuales hacia la vacunación», dijo Wood.
Una afirmación a la que respondió Stephen Lloyd, representante legal del ministro Hawke, también presente en la audiencia. «No son solo las declaraciones públicas de que (Djokovic) se opone a la vacunación, es el hecho de que continúa sin estar vacunado en esta etapa de la pandemia», soltó Lloyd. «Los grupos antivacunas lo tratan como a un héroe, como a un icono de libre elección,», sentenció.
El abogado expuso algunas de las preocupaciones que tenía el ministro y que le llevaron a tomar su decisión de cancelar la visa al tenista. «La preocupación es que es una persona de alto perfil que en muchos aspectos es un modelo a seguir, por lo que su presencia en Australia presentaría con más fuerza sus puntos de vista contra la vacunación», defendió Lloyd, insistiendo que el ministro creía que la continuidad de Djokovic en Australia animaría a otros a emular su posición.
«El solicitante tiene un historial reciente de ignorar las medidas de seguridad de Covid. Incluso cuando estaba infectado, realizó una entrevista y una sesión de fotos que incluía quitarse la máscara», continuó el abogado, recordando que el 18 de diciembre, después de saber que era positivo en Covid, Djokovic acudió a una entrevista con el periódico francés L’Équipe.
Redacción Ver.bo
Fuente: Agencias
